Caamaño Deñó desembarcó en Playa Caracoles hace 51 años
SANTO DOMINGO.- Un día, hace 51 años, se estremeció el país que, para ese entonces, se encontraba en medio de los 12 Años de Gobierno de Joaquín Balaguer.
El 2 de febrero de 1973, hace hoy 51 años, el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó desembarcó junto a nueve hombres en Playa Caracoles de Las Charcas, provincia Azua, a alrededor de 140 kilómetros al sur de la capital dominicana.
¿Su meta? Establecer un frente guerrillero para derrocar a Balaguer.
Al desembarcar en Playa Caracoles Caamaño Deñó, junto a Heberto Giordano Lalane José, Mario Nelson Galán Durán, Juan Ramón Payero Ulloa, Ramón Euclídes Holguín Marte, Alfredo Pérez Vargas, Toribio Peña Jáquez, Claudio Caamaño Grullón y Hamlet Hermann Pérez, cargaba con fusiles y otras armas.
La llegada del “General de Abril” sacudió la capital dominicana, cuyas autoridades movilizó horas después a miembros del Ejército, la entonces Marina Guerra, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional, internándose por tierra y por aire en la Cordillera Central y las lomas de Ocoa en persecución de los guerrilleros.
En los días siguientes al desembarco, muchos de estos guerrilleros fueron abatidos, mientras otros fueron apresados.
El 16 de febrero de 193, Caamaño Deñó fue capturado y subsecuentemente ejecutado, poniendo fin a lo que luego fue conocida como “La Última Esperanza Armada del Siglo XX”.
HISTORIAS DE UN SOBREVIVIENTE
Claudio Caamaño Grullón, uno de los sobrevivientes de la guerrilla, afirmó en una entrevista que lo que los motivó a intentar derrocar el Gobierno dominicano de aquel entonces fue el deseo de librar al pueblo dominicano de Balaguer.
“Nuestro empeño estuvo marcado por el interés de liberar al país de la dictadura que mantenía Balaguer, impuesta a fuego y sangre sobre la juventud, las mujeres, los trabajadores y los campesinos, para liquidar los privilegios de los monopolios norteamericanos que se dedicaron a saquear nuestras riquezas y mermar la soberanía nacional”, dijo.
SOBRE CAAMAÑO DEÑÓ
Al hablar sobre Caamaño Deñó, Claudio lo describió como el “patriota más consagrado” y “el hombre más honesto y sacrificado por su pueblo durante el siglo XX”.